El Escorpión
CUANDO CIERREN LAS MINAS
El cierre de las minas que hay en el país tendrán un alto costo ambiental y monetario. Desmantelar las instalaciones y tratar de recuperar el terreno que queda alrededor de los grandes fosos que dejan las minas será una tarea ingente. Hay otros daños irreversibles como la desaparición de la capa freática y vegetal, las especies de flora y fauna y los bosques milenarios que han sido destruidos por la operación minera. Daños graves a las fuentes de agua, si no se han secado, los lagos con agua contaminada que al desbordarse son un peligro permanente para el medio ambiente y las poblaciones cercanas serán la herencia dejada por las minas. ¿Quién pagará por todo eso? ¿Qué garantía tenemos que las empresas mineras cumplirán hasta el último detalle con el resarcimiento de lo dañado? El mineral se agotará, o al menos la rentabilidad de su explotación, y qué nos quedará. La pregunta que quedará por hacernos al final es si realmente valió la pena permitir la explotación minera a cielo abierto en nuestra tierra.
VIGILIA FRENTE A LA CORTE
La vigilia que se lleva a cabo frente a la Corte no debe considerarse como una presión a los magistrados, sino como una forma de participación ciudadana que espera de la justicia ser garante del estado derecho, frente a las arbitrariedades y las violaciones a la constitución de los otros dos órganos del estado. En esta ola de protesta hemos visto distintas caras de sus actores: unos creen en las medidas de fuerza, otros en la movilización y la manifestación pacífica sin necesidad del gesto amenazante y la violencia. Marchas, caravanas, piquetes y participación ciudadana en los distintos foros merecen el reconocimiento y el respeto del resto de la población, no así la actitud de algunos que rebasa los límites de su derecho a protestar para entrar en la violación de la libertad del otro. Quiérase o no, esa es la realidad que tenemos enfrente y, al final, prevalecerá lo constructivo frente a lo destructivo. Por sus frutos conoceremos a cada uno.
LECHE DERRAMADA
Cada día de pasa vemos con mayor preocupación las muestras de malestar entre los que resultan afectados por el bloque de calles y carreteras. Un productor de leche derramó el producto lácteo delante de los que le bloqueaban el paso. Es un acto de frustración como muchos otros, que presagia cosas mayores cuando el hartazgo de las víctimas llegue a su límite de tolerancia. Esa sensación interna de molestia e impotencia es como una bestia que puede desatarse en su punto de quiebre, cuando se sienta acorralada y pase al estado de ira. Es tiempo ya de redoblar los esfuerzos para atemperar el clima que se está gestando o, de lo contrario, comenzarán a hacerse más frecuentes los hechos de violencia que pueden desencadenar una ola de hechos fatales que todos tendremos que lamentar. Bien dice el dicho: bueno es el culantro, pero no tanto. Recapacitemos, que la leche derramada no se puede recoger.
SANCIÓN PARA LOS VÁNDALOS