En cada error hay un aprendizaje

 En cada error hay un aprendizaje

Por: Elka R. de Herrera / Docente universitaria 

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La sabiduría no consiste en ocultar los resultados de un error, aunque a veces hacemos el esfuerzo de corregirlo eso no es garantía que una persona pueda reedificar los efectos del error causado, porque arrastran consecuencias. Hay diversidad de errores, algunos por ignorancia, otros intencionados, por descuidos, involuntarios y por omisión. Además, ocurren en el campo físico. Uno cree que hace algo que está correcto, pero en realidad es un error y en la mente pensamos que lo estamos haciendo bien, luego de acuerdo con los resultados contrarios nos damos cuenta de que hemos cometido un desacierto.

     Los errores no se corrigen con argumentos infantiles ni arrogantes, sino con humildad. Nunca saldremos del error cuando lo justificamos e ignoramos el tema. Dios nos ayuda a aceptar y cambiar radicalmente el rumbo de nuestras malas actuaciones, reparar un error siempre será una bendición. El rey David cometió graves errores en el caso de Jezabel y su esposo, fue adúltero y asesino pero también, un hombre profundamente arrepentido buscó de inmediato el perdón de Dios.

    Por otra parte, el error de Moisés fue haberse enojado, la ira le hizo perder el control de sus emociones y pecó contra Dios. Su arrepentimiento fue palpable y fue bendecido.  Mientras que el rey Saúl desobedeció a Jehová, al no cumplir su mandato de destruir a los amalecitas y a todos sus animales. Fue un rey orgulloso y dominado por sus emociones, fue derrotado, murió frustrado y sin arrepentirse de sus fallas.

Cuando no se reconoce un error se piensa que los afectados tienen la obligación de callar y, seguir soportando los excesos. Este es el tiempo de reconocer, que se necesita con toda franqueza un trato profundo con el Dios viviente para rectificar los errores. Son varias las causas que nos conducen a incurrir en equivocaciones, pero no hay error que Dios no pueda corregir. Dios es el único que tiene el poder para enderezar los caminos torcidos, porque nada es imposible para él.

     Como humanos no estamos exentos de cometer errores, de los errores se aprende y podemos modificarlos consultando a Dios. Un error se transforma en bendición luchando contra el estado de ánimo, que deja a la persona paralizada por la experiencia negativa y liberándose del espíritu de culpa. De igual manera, los errores producen críticas. Moisés desobedeció y hasta hoy es criticado por golpear la peña dos veces con su bastón, en vez de hablarle para que fluyera agua como Dios le había ordenado.

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