La basura es riqueza

 La basura es riqueza

La Bitácora

Ebrahim Asvat

El título se refiere a una frase del arquitecto Julio Rovi del año 1990.  Frente al tema de la basura señaló el valor monetario del mismo a efectos de concientizar a la ciudadanía. El país en su momento no lo entendió y treinta y cuatro años después seguimos con la práctica de acumular la basura en rellenos sanitarios. Da vergüenza ver una ciudad radiante con rascacielos y las orillas del mar llenos de basura depositada por los ciudadanos en los ríos hoy más contaminados del mundo.

Es un despropósito continuar con la práctica de voluntarios que se ofrecen a limpiar las playas de la ciudad cuando nuestros ríos se han convertido en verdaderos vertederos. Como concientizamos a la población y como lograr juntamente con las pequeñas empresas, emprendedores y los panameños ver en nuestros desechos diarios una oportunidad para agregar valor y crear una economía circular. Es decir, lo desechado sirve.  Es allí como el sector público puede empezar a apostar por el reciclaje. Recoger la basura es un imperativo.  Pero también podríamos crear nuevas empresas transformando la basura en productos útiles.

Que tal si dentro del Ministerio de Ambiente se destinan $5 millones de dólares para apoyar a todos los pequeños empresarios que focalicen su atención en convertir desechos en productos de uso. Sillas, bancas, muebles, materiales de construcción, abono, materia prima utilizable para otros fines. Hay mucha posibilidad de aprovechar la “basura” en productos de primer orden.

Es cuestión de incentivar un poco a los pequeños empresarios y canalizar esa materia prima desechada.  ¿Se imagina una empresa con desechos construya bancas y sillas para nuestras escuelas?  Escritorios para funcionarios, muebles de oficina.   Si le damos una ventaja gubernamental en las compras del Estado a los productos reciclados se generarían muchas empresas y muchos empleos.

Por el otro lado la clasificación de la basura hoy se convierte en una necesidad.  El costo de ello sería promover mediante un subsidio las bolsas de colores para la clasificación de los desechos. Igualmente iniciando un proyecto en las barriadas de clase y media alta, la obligación de mantener tanques donde se depositen el material desechado de acuerdo con una clasificación.

Esto podría inclusive promoverse mediante la recolección gratuita y depositada en centro donde los empresarios puedan reutilizar estos materiales en sus iniciativas empresariales. Una alianza ciudad-ciudadanos y empresa privada podría lograr atender de forma más racional los desechos generados. De igual forma concientizar a la población de como clasificar y desechar lo innecesario en sus hogares y empresas.

En algunos países hay días del mes donde se organizan los camiones para recoger los electrodomésticos.  Otro para muebles. De esa forma se evita que terminen en los ríos, lotes baldíos de la ciudad. La basura es riqueza. Eso lo saben los países donde ya apostaron a la economía circular.

 

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