El Escorpión
Martes 10 de diciembre de 2024
ASESINOS SIN ALMA
Cinco asesinos acabaron con la vida de un agente de seguridad en un negocio de abarrotes en Arraiján. La saña empleada y las reiteradas veces que iban y volvían para dispararle al vigilante ya en el suelo, demuestra que antes de ser ladrones esos individuos son homicidas. No hay justificación posible para matar con tanto odio y tanta crueldad. La policía y el ministerio público deben poner todo su empeño en capturar a los asesinos y someterlos a la justicia con todo el peso que permita la ley. Y no se trata de darles un castigo por enojo o presión social, sino que un hecho tan violento y sádico produce un daño moral grave tanto a los involucrados como a la propia comunidad. Es un hecho criminal que no admite concesión alguna hacia sus autores y menos dar pie a que un juez se atreva siquiera a concederle medidas de caución diferente al encierro tras las rejas debido al peligro que representan para la sociedad.
SUENA LA MINA
Poco a poco vuelve a la palestra el tema de la reapertura de la mina, ya sea por el financiamiento que requiere su cierre definitivo desde el punto de vista operativo, como el de la reactivación económica y el grado de inversión que esgrimen algunos. Es un asunto que de manera forzosa tendremos que afrontar y que, posiblemente, será traumático y convulso; quizá hasta más que el de las reformas a la seguridad social que estamos viviendo. El daño ecológico causado por la explotación de la mina de Donoso es grande y dejarla así como está lo puede agravar. Tendremos que decidir de dónde saldrán los fondos para clausurarla de manera segura pero, bajo ningún concepto, caer en la trampa chantajista que necesitamos reabrirla para mantener o recuperar el grado de inversión del país, porque antes de esa explotación minera nuestra economía ya ha sido pujante y robusta. Ese será el desafío.
TRABAJO COMUNITARIO
Ahora que está de moda el trabajo comunitario para no cumplir la condena tras los barrotes, convendría que el Sistema Penitenciario junto al órgano judicial hicieran una evaluación de aquellos casos en el que los privados de libertad estén en condiciones de beneficiarse con un cambio de medida cautelar, para reducir la población carcelaria. Hay condenas por delitos menores y otras faltas que conllevan pena de prisión y cuyos autores están tras las rejas por no tener medios para conmutarlas por días multas. Estos serían candidatos elegibles y uno de los trabajos comunitarios que deben contemplarse es el de limpiar calles y pintar estructuras públicas. Sería muy interesante y provechoso si pudiera hacerse ese ejercicio, porque tendríamos ciudades más limpias y estructuras públicas estéticamente admirables. Es cuestión de pensarlo y buscarle el modo.
HABLANDO DE LIMPIEZA
Hay que anotarle un poroto a los del SPI que barrieron y mantienen limpio el estacionamiento que ocupan junto a la antigua noria de San Felipe. El sitio en pleno Casco Antiguo llegó a lucir como un gran muladar por la gran cantidad de basura que se acumulaba en sus escaleras y pisos, a pesar de que está bajo el control y vigilancia los esepeídos. El esfuerzo se agradece, porque así los usuarios pueden sentir que están en un ambiente más sano y aseado. Aunque si la tropa se pone más atrevida, hasta podrían manguerearlo tres o cuatro veces al año y entonces sí que la botarían fuera del estadio. ¿Traerán ese regalo los reyes Magos?