El Escorpión

Miércoles 18 de junio de 2025
JUEGOS DE AZAR
Mucho dinero deja el panameño en los juegos de azar. Desde la lotería que se enfrenta a la venta clandestina y la competencia desleal de algunas empresas y personas que ofrecen lotería extranjera hasta otro tipo de apuesta legal e ilegal que existe en nuestro país. No solo es la pérdida de ingresos de los entes oficiales como la Lotería Nacional de Beneficencia y el Hipódromo Presidente Remón o las concesiones de los casinos, sino la creciente adicción al juego que alcanza niveles de afectación de la salud provocada por la ludopatía. Si a ello le sumamos el poco caso que le hace una de esas empresas de casinos a un fallo de la Corte y continúa operando casas de apuestas más allá de la autorizada en su concesión, entonces estamos fregados. Son alrededor de mil millones de dólares que cada año se mueven en el mundo de las apuestas locales de los que el estado recibe menos de lo que debiera para dedicarlos a causas más provechosas que el engrosamiento de los bolsillos de quienes, legal o ilegalmente, se dedican a explotar el juego de apuestas en Panamá. Solo resta preguntar: ¿quién le pondrá el cascabel a ese gato?
REMESAS AL EXTRANJERO
Panamá podría ser el país centroamericano que más contribuye con las economías de las naciones hermanas de la región. Solo en el primer semestre del año pasado alrededor de 600 millones de dólares fueron expatriados hacia Colombia, Venezuela, Centroamérica y otros países de América Latina. Un aporte que pocas veces es cuantificado como parte de la economía panameña que impacta positivamente en la región y que debe tomarse muy en cuenta como elemento de importancia en nuestras relaciones con las naciones hermanas del contexto latinoamericano; no para mal, sino para facilitar la negociación de acuerdos de comercio entre ellas y nosotros y la relación diaria, tanto diplomáticas como económicas con la comunidad centro y sudamericana.
FUERA DE ORDEN
Al Bolo Florido ahora se le ha ocurrido solicitarle a la Universidad de Panamá una lista con los nombres de los estudiantes que tienen más de 10 años cursando estudios sin graduarse, algo que a todas luces está fuera de su competencia, porque el presupuesto universitario no se asigna condicionado al estatus de sus estudiantes, que pagan matrícula y los laboratorios como derecho para poder estudiar en esa casa de estudios. El contralor puede auditar fondos, pero no inmiscuirse en asuntos que son netamente académicos. Es cierto que algunos de esos estudiantes eternos militan en grupos políticos que militan dentro de la comunidad universitaria, pero no son todos ni la mayoría. Hay muchas razones por las que un estudiante encuentra difícil culminar sus estudios en el plazo normalmente planificado, pero ninguna ley le impide matricular un par de materias para acomodarse a su situación personal y alcanzar un título universitario. Si al señor contralor le ha picado el mismo gusanillo que le picó al Trompo Loco con Harvard, que vaya a tratarse con un médico, pero que no se extralimite en sus funciones, ni mucho menos atentar contra la autonomía universitaria de nuestra principal casa de estudios y de la que han egresado miles de profesionales dispuestos a alzar su voz ante esta intención de entrometerse en sus asuntos académicos. Señor Bolo Florido, se le fue la mano en pollo y es mejor que la saque antes de que el aceite caliente se la queme.
¿QUIÉN LAS INSPECCIONA?
Con el comienzo de la temporada lluviosa sale a relucir la temeraria construcción de viviendas que algunas promotoras piensan ofrecer al panameño que busca adquirir una vivienda. Algunos lugares no son los mejores o, al menos, el entorno que los rodea con cerros y lomas que pueden sufrir deslaves y dañar las viviendas y, lo que es peor, ocasionar muertos por causa de los derrumbes y las inundaciones. Para muestra un botón, como suele decirse, con la barriada que resultó afectada por los lados cercanos a Pedasí, cuyas casas quedaron inmersas en medio de una corriente de agua y lodo que entraba por la puerta trasera y salía por el frente de las casas que se construyen. Pero, ¿quién inspecciona tales construcciones? Vaya usted a saber, pero de lo hay lo hay, igual que los ingenieros residentes. El día que esta responsabilidad se tome en serio por las autoridades y los mismos promotores, el asunto cambiará. Mientras tanto, a hacer billete por encima del bienestar y la seguridad de quiénes compran esas viviendas.