Sobre el atentado a Guaidó
Por Bernard Horande
- El fin de semana pasada se suscitó una situación complicada en la visita del Presidente Interino Juan Guaidó a una zona reconocidamente chavista y hasta madurista de la ciudad de Barquisimeto.
- El Presidente Guaidó no puede dejar de visitar y recorrer zonas del país. En cualquiera de ellas encontrará riesgos de todo tipo, en unas más, en otras menos. Esto es parte del contacto que cualquier Presidente debe tener con su gente…. con sus ciudadanos… con su pueblo.
- Dice un conocido dicho que si Usted quiere comer camarones, le toca mojarse el…. rabo. Por lo tanto, para nada veo objetable que Guaidó intente meterse en zonas consideradas como del enemigo.
- No es un asunto de valentía, de coraje (palabrita de moda….), o de tenerlas “bien puestas”. Se trata de que Usted tiene que roncarle en la cueva al adversario. Que este sienta que Usted es capaz de llegar a donde él pensaba que Usted no llegaría.
- Esto envía un mensaje poderoso y si se quiere, hasta inspirador, a los propios seguidores. Lo mismo ocurrió el 5 de enero en la sede de la Asamblea Nacional, donde se produjo una confrontación. De alguna forma le levantó el alicaído perfil a Guaidó.
- Los hechos de Barquisimeto hablan de un atentado a un Presidente. Un magnicidio frustrado. Ná guará. Es una situación que permite que nuestros aliados internacionales se manifiesten nuevamente y tomen posición. Hagan advertencias. El Grupo de Lima, la Unión Europea, Almagro/OEA y los Estados Unidos ya lo han hecho. ¡Hasta los socialistas de España!
- La política a veces (¡muchas!) se desenvuelve así: como una sucesión de hechos que se van desarrollando, a veces linealmente, la mayoría de las veces en paralelo, que llevan a situaciones inesperadas, las cuales por sí mismas generan escenarios impensables, que al final desatan el nudo gordiano que, de otra manera, no hubiera sido posible resolver.
- Resulta que en Lara hay una guerrita entre la gobernadora madurista y el alcalde de Barquisimeto diosdadista. Maduro vs Diosdado. Mientras Maduro procura “cuidar” a Guaidó, Diosdado sabotea y arremete. Es su manera de que no lo dejen como la guayabera.
- Lo mismo recientemente ocurrió en la AN el 5 de Enero y en Maiquetía a la llegada del Presidente Guaidó.
- ¿No es uno de los objetivos dentro de este proceso hacia la libertad el procurar fracturar el oficialismo? ¿Tratar de abrir grietas y crear enfrentamientos entre las diferentes facciones de la coalición dominante? ¿Romper la “unidad” que al menos hacia afuera muestran? Pues si es así, este hecho contribuyó a ese objetivo.
¡Ah Mundo Barquisimeto!