El Príncipe Africano y el mes de la etnia negra
La bitácora
Nada ha podido darle más realce a la celebración en el mes de la etnia negra que el evento de la diputada Kayra Harding con el ciudadano ghanés proveniente de una antigua familia real en el Occidente Africano. Y es que la historia de la llegada de los africanos a Panamá no está escrita en todas sus variables y dimensiones. Hace unos años atrás leyendo el excelente estudio “Servants of Allah “ African Muslims enslaved in the Americas” de la Profesora Sylviane A. Diouf documenta su obra con unos manuscritos en árabe de un negro africano musulmán recapturado y residiendo en Panamá bajo el nombre de Sheikh Sana See. Hay indicios de este personaje laborando en la construcción del ferrocarril de Panamá. Era a la vez un hombre docto con amplios conocimientos religiosos. Los manuscritos son 4 hojas conservadas en la Biblioteca del Congreso y son prueba de que muchos de los esclavos traídos al continente americano eran musulmanes del África Occidental. Sheikh Sana See resistió manteniendo parte de su cultura y su religiosidad tal como se puede observar del manuscrito. Sus conocimientos del Corán y su caligrafía árabe demostraban ser de un nivel cultural e intelectual elevado. Que haya vivido en Panamá es un claro indicio sobre los esclavos que llegaron a nuestras tierras y los pocos datos históricos conservados. Cuando observo la corona del prometido de la diputada panameña llego a mi mente la historia del Rey “Mansa Musa”. Reino entre 1312 a 1337 el Imperio Mali. En el período de su reinado el territorio del imperio consistía en el territorio del anterior Imperio de Ghana. Ese extenso territorio de África Occidental compuesto hoy por Guinea, Senegal, Mauritania, Gambia y al estado moderno de Malí.
El Rey Hamsa Musa se fue en un peregrinaje a la Mecca recorriendo todo el norte de África con un séquito de 60,000 hombres y 12,000 esclavos. Cada esclavo cargaba 1.8 kilos de oro. Además, llevaba 80 camellos cada uno cargando sacos de oro en polvo que el Rey regalaba a todos los pobres que se encontrara en su recorrido de 2,700 kilómetros. Al llegar a El Cairo se desplomó el mercado del oro por la cantidad distribuida por Hamsa Musa en esa ciudad. Diez años después el celebre viajero Ibn Battuta pudo anotar como las consecuencias de esa distribución seguían afectando la economía egipcia sin haberse recuperado del todo. Hamsa Musa fue un devoto musulmán y construyo escuelas, mezquitas y auditorios en su imperio. Atrajo a los mejores arquitectos de la región, así como intelectuales a sus centros de enseñanza. Si hubo en la historia de la humanidad un hombre extremadamente rico ese fue Hamsa Musa. Ni el Rey Creso creador de las primeras monedas de oro, ni Atahualpa que por su libertad quiso comprarla cubriendo una habitación con oro o el mitológico Rey Midas.
Desde la Civilización Egipcia hasta El imperio de Cartago hay toda una historia africana. El Imperio Mali, el Imperio Songhai, el imperio Ghana, el Imperio Jolof, el Imperio Ashanti. Fueron los más importantes del África Occidental. Para aquellos que ven el mundo por los ojos del hombre europeo tienen la tendencia a invisibilizar la historia de los otros grupos humanos, su gloria y esplendor, conocen apenas un aspecto de la historia universal. Sheikh Sana See, el ilustre negro esclavizado, creyente del islam vivió en nuestras tierras panameñas y necesita ser rehabilitado en la historiografía de la negritud latinoamericana donde las creencias islámicas y sus enseñanzas cruzaron el mar atlántico y marcaron antecedentes en el Norte del Brasil, el Sur de los Estados Unidos y huellas poco conocidas y documentadas en Panamá y el Caribe. Se estima que un 10 a 15% de los negros esclavizados en América ya profesaban la religión islámica. Sheikh Sana See preservaba consigo dos amuletos islámicos que también resistieron los embates del tiempo y se constituyeron en una especie de arraigo a su identidad y origen en un medio hostil. Los españoles, portugueses e ingleses impusieron en las mentes de los esclavos africanos una especie de tabula rasa mental rompiendo con su pasado histórico. Hay que rescatar ese pedazo de nuestra historia.