El Escorpión
EL ENIGMA DEL FENTANILO
La desaparición de 10,000 dosis de fentanilo no es más que una muestra de lo que ocurre en la Caja de Seguro Social desde hace muchos años. Si no es en el proceso de compra, la desaparición de los medicamentos y otros insumos ocurre en los depósitos y almacenes de la institución. ¿A quién o a quiénes benefician estas acciones delictivas? Es una podredumbre que igual ocurre en otras instituciones, porque esa forma de corrupción ya forma parte de los manejos en el sector público. Es un robo descarado que, en la mayoría de los casos, queda impune. Esperemos que en esta ocasión tenga consecuencias y graves para quienes viven del saqueo constante de los bienes del estado.
FEDERICO AL BANQUILLO
El juzgado primero liquidador de causas penales decidió el llamamiento a juicio del ex ministro de obras públicas Federico Suárez, por el presunto delito de peculado en perjuicio de esa entidad. El antiguo ministro de la locura subirá al banquillo de los acusados en mayo próximo, junto a otra persona que también ha sido llamada a juicio por la lesión al erario calculada en 47 millones de dólares. Pepe, Pepe, ni en los huecos de Sabonge podrás esconderte.
EL BOY SCOUT ESPERA SENTENCIA
Otro que está acusado de peculado y espera con impaciencia el fallo del juez que lo juzgó es el ex alcalde capitalino Bosco Ricardo Vallarino, el mismo que exhibió los seis mil tucos que supuestamente le ofrecieron para favorecer a una empresa en la construcción de unos estacionamientos municipales. El caso ya tiene su par de añitos de estar rondando por la esfera judicial y su desenlace no parece augurar nada bueno para el Boy Scout metido a político. Si en la recolección de la basura no dio bola, con los estacionamientos tampoco. Cuando se nace para clavo del cielo le cae el martillo.
CUCALÓN Y SU COMBO
Tras casi ocho años de amparos y desamparos, Cucalón y su bonche enfrentarán a la justicia ante un tribunal. Están acusados por delito contra el orden económico, en la modalidad de blanqueo de capitales. El ex director de la Dirección General de Ingresos, convertida en autoridad por la locura, ha sido un hueso duro de roer por los escurridizo y por los incontables recursos que ha interpuesto para evitar la cárcel y hacer prescribir el caso. Incluso se dice que la salud no le acompaña y hasta algunos aseguraban que podía morir antes de que el juicio tuviera lugar. Ni una cosa ni otra, ahora subirá al estrado a enfrentar el juicio que lo encontrará culpable o no culpable, como el cabecilla de la locura.