¿Tiene Panamá una Política Exterior?

 ¿Tiene Panamá una Política Exterior?

Por Ebrahim Asvat

Recientemente fui invitado al Ministerio de Relaciones Exteriores a la presentación de un panfleto titulado “Una Política Exterior para el Panamá 3.0”

Un panfleto muy bien elaborado con algunas pinceladas históricas, realidades conocidas y apostando a una nueva generación surgida luego de la reversión del Canal de Panamá y a la cual le corresponde según sus autores vivir un Panamá 3.0.

El Panamá 3.0 se define como el Panamá post recuperación del canal de Panamá y en cuanto a la formación de su nacionalidad nos pone en una encrucijada, pues el factor determinante de la nacionalidad panameña a través de todo el siglo XX fue la recuperación de nuestra soberanía nacional sobre una franja territorial alienada. Consolidada la integración territorial y la recuperación del Canal de Panamá como será el después y que proyección tendrá el país con sus imperativos geográficos y geopolíticos.

Recuperada nuestra integridad territorial la gran pregunta por hacer es ¿Ahora Qué?  Cuáles serán aquellos factores que nos mantendrán como una población unida. Como direccionar al país sobre objetivos comunes y nos garanticen una economía de altos ingresos, una estabilidad política no solo interna sino regional, sostener nuestra independencia y soberanía promoviendo el imperio de la ley por encima de cualquier equilibrio de poderes o bloques en confrontación.

No podemos descartar que somos un país pequeño con un eje geopolítico relevante algo que no debe permitirnos ilusionarnos demasiado sobre nuestro lugar en un mundo dinámico y globalizado.  El imperativo geográfico nos pone en una situación privilegiada a través de dos ejes relevantes.  Un eje horizontal interoceánico cuya relevancia se impone en el transporte del comercio internacional y sus actividades accesorias, pero también un eje vertical que nos incorpora a dos bloques económicos relevantes: Colombia y Centroamérica.

Una política exterior panameña no se puede construir escudada en la zona de tránsito pues la relevancia geográfica del país sobrepasa el Canal de Panamá.  Un ejemplo de ella ha sido el hubo de las Américas, el Centro de Sedes Multinacionales. Estas actividades descansan sobre un imperativo geográfico más que geopolítico (país ombligo de las Américas) y se acuerpan en un ambiente de hacer negocios de economía abierta y dolarizada.

Tampoco se puede descartar ese vecino sureño con ventanas a los dos mares, pero geográficamente tan fraccionada que resolvería sus infraestructura logística mirando hacia nuestro país como una salida ventajosa tanto al atlántico como al pacífico hoy inexistente.   Y en respuesta nos abre una puerta a un mercado de cincuenta millones de habitantes nada despreciable.

Nos corresponde como país ponernos los pantalones largos si queremos incursionar con firmeza en un concierto competitivo y diverso de ciento noventa y siete países en el mundo.  Para ello requerimos incorporar talento intelectual local con mentes globalizadas pues ya no vivimos en un país que solo puede mirar hacia adentro y pretender garantizar bienestar a sus ciudadanos.

Ni obviar a nuestro aliado extrategico del norte cuyos intereses persisten en el país  y con quien debemos comulgar en aquellos asuntos de mutuo interés regional, de seguridad y de principios democráticos.

Si esta labor le corresponde a la generación de los millenials es un asunto por discutir y analizar.   Yo espero como integrante del Panama 2.0 al Panamá 4.0 alejado de la cultura del Instagram, tik Tok, Facebook y otros generadores de líderes de una marcada plasticidad pretendiendo imponer posiciones sobre temas de relevancia a base de followers y likes.  Dudo que este modelo de conducta nos eleve como nación en los temas trascendentales.

Hay algunos temas que ofenden.  La soberanía intelectual o de pensamiento como reto del Panama 4.0 nos hace pensar que persisten taras mentales que nos limitan. (teoría de la colonialidad del poder, Anibal Quijano)  Mas que lograr una independencia verdadera y completa de los ciudadanos a traves de las herramientas tecnologicas y educativas necesitamos insertarnos en un mundo con competencias contributivas.

Ningun país es una isla en el Panama 3.0 o el futuro Panama 4.0.  El mundo no se esta desenvolviendo a permitir que los ciudadanos sean mas independientes o que los países mas autarquicos.  Al contrario vamos camino a cada vez mayor integración, mayor dependencia multilateral.  Algo que nos permitirá disminuir conflictos belicos pues su costo tendrá consecuencias globales.

En mi opinión depender exclusivamente en el Canal o en el imperativo geográfico como medio para la atracccion de inversiones que le generen prosperidad al país es una limitante.    Apostar al recurso humano nacional al desarrollo de toda la potencialidad geográfica y geopolítica debería ser el nuevo despertar del Panama 3.0 y Panamá 4.0.    Necesitamos los creadores y generadores de riqueza enraizada en nuestro territorio de esa veta multicultural que compone la sociedad panameña.   La geografía es recibida, el recurso humano es la apuesta nacional.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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