El Escorpión

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JUBILACIÓN Y SALARIO MÍNIMO

El tema del monto de la pensión por vejez y del salario mínimo como promesa de campaña electoral pendula entre lo injusto y lo descabellado. Prometer una pensión mínima de 360 y un salario mínimo de 1,000 dólares es muestra de ello. La pensión por vejez se alcanza mediante los años de cotización y el salario sobre el que dicha cotización se pagó, además del tema de la autonomía del Seguro Social para fijarla. Quien se esforzó y cotizó para recibir una pensión de 365 o 400 al mes, ¿cómo se sentirá cuando el que recibe 250 dólares al mes ve incrementar la suya en más del 40% y a él lo pasan por el cuchillo político? Lo más justo y equitativo sería crear un vale digital de alimentos para todo jubilado que recibe una pensión menor al salario mínimo oficial. En cuanto al prometido salario mínimo de 1,000 dólares al mes, el asunto es descabellado por decir lo menos, porque es un tema que involucra a empleadores y trabajadores y está muy ligado a la productividad y rentabilidad de las empresas. Casi duplicarlo con respecto al actual es casi imposible y crearía una distorsión del mercado laboral impensable. Mejor sería optar por fomentar la creación de empresas de alta tecnología y de productos de alta gama que permitan formar técnicos y profesionales que ganen más y matar dos pájaros de un tiro con educación y acceso a empleo mejor remunerado con mano de obra calificada.

HUELE A JUICIO

El giro que está tomando el caso de los auxilios económicos del Ifarhu tiene un fuerte olor a fiscalía y juzgado. En lo que aparenta ser el caso más grande de uso indebido de fondos públicos, desde el escándalo de las hipotecas con plata del Seguro Social en los años ochenta, el atraco a los fondos públicos tienen cara, nombre y apellido. Allegados al poder y funcionarios en ejercicio entraron en la vorágine que se tragó millones de dólares para pagar los estudios de muchos niños de papá y mamá. En el listado que ha visto la luz pública no son todos los que están ni están todos los que son, porque la Contraloría aún mantiene en secreto los nombres de otros beneficiarios que se devoraron 75 millones de dólares del dinero público. Esto apenas comienza y tendrá cuerda para rato. Me late a que el Caso New Business se le quedará chico a este atraco de las arcas nacionales.

NO MÁS FUEROS

Con todos los escándalos que se van destapando y las actuaciones de diputados, ministros y directores de instituciones autónomas, ha llegado el momento de acabar con los fueros y privilegios de los que gozan dichos funcionarios. Una reforma constitucional debe reducirlos al estado del común de los ciudadanos, sin derecho ninguno a fueros electorales, procesos judiciales especiales y goce de exoneraciones y otras prebendas creadas por leyes que gente de su calaña o ellos mismos se hicieron para vivir de la teta pública como si fueran reyes o príncipes. Han abusado de esas normas y han prostituido, a más no poder, el ejercicio del servicio público. Es hora de hacer valer el principio constitucional de que no habrá fueros ni privilegios.
SISTEMA DE SALUD
La muerte de un adolescente cuyos padres lo llevaron de un centro de atención médica a otro es un fuerte llamado de atención a la conciencia de las autoridades y los políticos. Como su caso hay muchos otros que, gracias a la intervención divina, no terminan en la muerte pero se sufre igual calvario. Nuestro sistema de salud debe ser reformado profundamente y traspasado a una sola institución encargada de la atención clínica y hospitalaria de la población. El sistema dual que tenemos de seguridad social y el operado por el ministerio de salud hace perder tiempo y recursos por la duplicidad de la atención y las funciones. ¿Cómo si le atienden en urgencia de un centro de salud y va al Seguro Social, o viceversa, tiene la persona que empezar desde cero sin que le sirvan para nada los resultados de laboratorio y el diagnóstico médico que se le dio un par de horas antes? Cosas absurdas como estas tienen que cambiar, porque al final quien sufre las consecuencias es la propia población, aún a riesgo de su propia vida.
Nuestra ciudad capital es una urbe agresiva contra sus habitantes. Una muestra es la falta de aceras para caminar de manera segura e ininterrumpida. Hay que jugarse la vida en la calle. https://aldiapanama.com/2024/04/tres-lineas-42/

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