Politiquería y candidaturas en universidades estatales

 Politiquería y candidaturas en universidades estatales

Por: Elka R. de Herrera/

Docente universitaria

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Ha quedado demostrado que la politiquería en las universidades estatales es un foco infeccioso, se desarrolla dentro de un círculo vicioso enfermizo y agrava los quebrantos de salud en el sistema educativo, debido a las ambiciones y al egoísmo que originan y profundizan los problemas, que perduran por años y afectan el desarrollo institucional.  También, abre puertas para la corrupción de servidores públicos, el clientelismo, el nepotismo y hasta afectaciones en el presupuesto de la universidad.

Esta politiquería injusta crea una lucha feroz entre los grupos a favor de un candidato y los otros que están en contra. Son desilusiones y  las universidades se han convertido en politiquería de la peor calaña que se han agudizado; se pasean de facultad en facultad, por todas las aulas de clases y en los pasillos para ganancia personal de un grupo.

La politiquería en las universidades estatales se desarrolla en medio de intrigas, irrespetos, desinformación, odios y escándalos mediáticos. Se destruye la reputación institucional, se ataca con saña el honor de los candidatos, se daña el prestigio de las altas autoridades, se involucra a los familiares de los candidatos, se cierran calles y avenidas importantes, afectando a terceras personas y causando estragos en la sociedad. Circulan anónimos, memes escandalosos y vulgares en las redes sociales. La anarquía se planea dentro y fuera de la universidad, hasta el punto de que no se puede detener el desbordamiento de pasiones, y la forma tan brutal en que se arremeten para arruinar la figura pública de quien tiene la ventaja de ganar las elecciones.

Algunos periodistas y medios se involucran en la politiquería de las universidades estatales, y su día a día es atacar a su víctima de forma cruel, con escritos y comentarios, los cuales promueven más violencia, a través de la desinformación en muchos casos. Con sus conceptos malintencionados traspasan el límite de la verdad, la objetividad y la sagrada misión de informar a la opinión pública nacional de manera desapasionada. Otros periodistas para desacreditar escarban temas personales, para provocar discusiones, enfrentamientos a nivel interno y externo de la universidad. Sus noticias ofenden, denigran, lastiman y maltratan de muchas formas a la institución.

Hay que acabar con la politiquería en las universidades estatales, porque además, los profesores dejan de ser académicos para hundirse en el mar de la dureza, y pasan como soles apagados tanteando por los rincones de la disconformidad, destruyendo la dignidad y el renombre del candidato contrario. También, ellos recurren al envío de mensajes ocultos, sin identidad, afrentosos, dirigidos a los equipos de trabajo de los opositores. Propagan mensajes atrevidos, creados por la mente baja de esos personajes macabros que actúan amparados por la oscuridad para inyectar su ponzoña.

La politiquería debe desaparecer porque las universidades son instituciones, que tienen como fundamento los grandes valores universales, buscan la verdad, el respeto y la justicia. No debe convertirse en un lugar de enfrentamientos ni de violencia. Las universidades estatales no están preparadas para enfrentarse a crisis masivas, ni a todo tipo de actuaciones irracionales.

Entre las funciones de las universidades está la de crear los conocimientos, desarrollar la inteligencia, las buenas actitudes y habilidades para que las personas puedan incorporarse al mercado laboral exitosamente. Finalizada la politiquería animal en las universidades estatales, queda el trabajo de rescatar estas instituciones del pozo en el que la sepultan los politiqueros, los estamentos iracundos que por meses alteran el escenario de paz, de unidad y trabajo en equipo por uno de soberbia y bajezas. La politiquería en las universidades promueve el ataque a la institucionalidad, intensificando los sucesos mediáticos; sanar esas heridas es muy difícil, complicado y prolongado. Esto es potencialmente peligroso, porque hasta los integrantes de los órganos de gobierno universitarios son víctimas de campañas infames y de todo tipo de ataques, hasta arrinconarlos en la esquina de la cobardía.

Finalmente, este tema es extenso, polémico y complicado, por lo cual he tratado de hilvanar unos cuantos comentarios referentes a la politiquería en las universidades estatales, la cual hay que aniquilar lo más pronto posible para salvaguardar la institucionalidad, la democracia, la educación superior y el progreso de Panamá.

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