Por: Jorge Zúñiga Sánchez 

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Por diversas razones, no me atraía la personalidad de RMB. Pero al derrotar a mi candidata en el proceso electoral de 2009, no me resultó difícil reconocerle    como el triunfador. Bajo su mandato se produjeron escándalos públicos que le acarrearon consecuencias penales, que logró evadir asilándose en la embajada de Nicaragua, estadía que se prolongó hasta unos días atrás, al recibir el salvoconducto oficial que le permitía abandonar el país.

Su salida se produce precisamente en medio de alta convulsión social, provocada por la aprobación de las reformas a la Ley de la CSS, los rumores sobre la reanudación de la actividad minera,  el aumento de los salarios en la CSJ, y las ambiciones de Trump sobre el Canal.  Con estos antecedentes, forzosamente nos formularemos una primera interrogante; ¿quién y qué se beneficia con este ambiente caótico?

No es fácil de entender cómo “a pesar de todo”, RMB logró mantener intactas grandes simpatías dentro de grandes sectores populares. Guardada las proporciones, consideramos que este dato le identifica con Arnulfo Arias, quien ocupó brevemente la Silla Presidencial.

En el tono en que se  exigía el salvoconducto, se confirmaba más la creencia popular de que “la banda presidencial” Mulino se la debía a RMB. Esta espera atrasó la estructuración de  un sólido “bloque opositor democrático”, y dejó bien definido que el CD y el RM conforman el “polo oficialista”,  sectores que  partir de la fecha le deberán lealtad absoluta a Mulino, poque RMB ya quedó afuera de la carrera electoral del 2029.

No vaya a ser que un día de estos al Contralor le deje de “doler el alma“, y remita los cientos de expedientes sobre “raros” manejos de  fondos estatales que se mantienen represados, que desde hace años piden a gritos se les remita a  las autoridades competentes.

Sin RMB en la cancha, Mulino dando muestras de desgaste político anticipado, se saca de la manga el tema de las Reformas Constitucionales, asunto que pese a su relevancia podría dividir más a los sectores  políticos, el debate podría convertirse en el puente de acercamiento para “las conversas preelectorales”.

Desde lo ético, respetamos los cuestionamientos de muchos ciudadanos que ven en el otorgamiento del salvaconducto una visa a la impunidad.  Sin embargo, la salida de RMB es un hecho cumplido, que al mirarlo desde lo político, nos permite concluir que un nuevo escenario político se nos presenta, sólo que  con poca o ninguna influencia de RMB.

A nadie se le ocurra pensar que con RMB radicado en Nicaragua, los problemas sociales y  nacionales desaparecerán. Por el contrario, que un activo protagonista político “pase a la banca”, fuerza a todos a revisar sus estrategias.  Si bien es cierto que falta  mucho para las próximas elecciones generales, la Asamblea continuará siendo el centro de las tensiones políticas que provoque el gobierno de Mulino, por lo que los HD pagarán un costo muy alto.